La transformación de los niños cada siete años es un proceso repetitivo en cada septenio y se nota claramente en los primeros años como su cabeza se transforma, luego empieza el crecimiento de su tórax, pulmones y corazón y finalmente el alargamiento de sus extremidades.

 

"De la misma manera que esto ocurre en nuestra corporalidad, ocurre con nuestras emociones, estas se van transformando cíclicamente."

 

Cada mañana nos enfrentamos a descubrir nuevamente a nuestros hijos en esta etapa de sus vidas, esto nos impone el gran reto de preparar nuestras imágenes guías para poder responder a las necesidades del día a día.