Los niños del séptimo grado tienen la particularidad de "ni ser niños, ni ser jóvenes" es decir están en un proceso de construcción, de hecho nos podemos encontrar con la puerta cerrada de su cuarto e incluso con el aviso de "prohibido el paso" y es así, es una zona en construcción. 

 

"El sétimo grado es el umbral de entrada hacia el tercer septenio, es un momento muy importante para acompañar a nuestros hijos."

 

El amor y el humor son herramientas valiosas para afrontar adecuadamente esta etapa de nuestros hijos, el amor incondicional y el humor respetuoso pueden hacer una gran diferencia.