En la noche dejamos de lado las actividades de la conciencia, aquellas que nos mantienen activos y vigilantes para dar paso al descanso, pero te has preguntado ¿Qué pasa durante este descanso?
Cuando dejamos de lado las funciones cognitivas del aprendizaje, la memoria, la atención y las preocupaciones, nuestro cuerpo libera esa energía para que pueda ser usada en el proceso de regenerarse, por lo tanto es necesario que cuando llegue la noche dejemos de lado nuestra actividad consciente y comencemos a hacer cosas que nos relajen y nos permitan liberarnos de las preocupaciones.
Actividades como leer libros que alimentan nuestra alma y espíritu o que nos invitan a sentirnos tranquilos y seguros en la vida, también al realizar ejercicios de respiración profunda podemos disminuir el ritmo cardiaco y así las ondas cerebrales pueden generar estados de tranquilidad en todo nuestro organismo.
Durante el día las actividades predominantes son las del sistema nervioso simpático, en la noche predominan las actividades del sistema nervioso parasimpático.
El sistema parasimpático es el sistema que activa todas las funciones digestivas, en la noche todas las impresiones sensoriales positivas o negativas que recibimos durante el día, deben ser digeridas por este sistema para posteriormente quedar almacenadas en nuestra memoria.
¿Pero qué pasa si mis impresiones del día han sido demasiadas o muy fuertes?, como cuando hemos visto mucha televisión con noticias horribles o hemos tenido un día de muchas preocupaciones o recibido una noticia terrible.
Estas impresiones por lo general se convierten en sueños y hasta pesadillas que nos impiden el sano descanso, generando que al levantarnos al día siguiente amanecemos cansados y esto se debe a que no pudimos procesar o digerir todas las impresiones de nuestro día.
Por esto, vamos a introducir una rutina de hábitos para la noche y permitirle al nuestro sistema parasimpático limpiarse adecuadamente para tener un sueño reparador y que tu cuerpo pueda encontrar el descanso que necesita.